Hay platos que cuentan una historia y resisten el paso del tiempo. En el Café de l’Homme, una dirección emblemática enclavada en el corazón del Palais de Chaillot, la ternera estofada durante 7 horas es un vibrante homenaje a la gastronomía francesa. En este marco único, con la Torre Eiffel como telón de fondo, cada experiencia se tiñe de magia. Café de l’Homme encarna el arte de vivir a la francesa: elegancia, convivencia y excelencia. Es aquí, frente a uno de los monumentos más emblemáticos del mundo, donde la gente viene a celebrar, degustar y, sobre todo, saborear el momento. El Chef Wilfried Graux, apasionado de la cocina local y de las tradiciones revisitadas, propone una interpretación contemporánea de platos impregnados de nuestra memoria colectiva. Su ternera estofada es un ejemplo perfecto. Todo comienza con la selección de la carne. El Chef no escatima en calidad: sólo se eligen cortes de razas francesas famosas por su veteado, sabor y ternura. La carne se elige por su riqueza de sabor, su capacidad para envejecer bien y, sobre todo, su capacidad para transformarse bajo el efecto de una cocción lenta y controlada. Al cocinarse, las fibras se ablandan, los jugos se caramelizan y la carne se deshace en la boca, casi se confita. El resultado es una textura poco común, un sabor profundo y un gusto intenso. Confitadas en mantequilla de avellana, las zanahorias son suaves y dulces por naturaleza. En puré, ofrecen una textura cremosa, casi aterciopelada, con un toque de especias suaves. Un sutil contraste que equilibra a la perfección la riqueza de la ternera. Tanto si está de paso por París como si busca un lugar excepcional para una ocasión especial, el Café de l’Homme le da la bienvenida para vivir una experiencia intemporal. Frente a la Dama de Hierro, cada bocado se convierte en un recuerdo. Una dirección excepcional para sublimar las tradiciones
Carne elegida con cuidado
El arte del acompañamiento: zanahorias en todas sus formas
Un momento suspendido en el corazón de París
